Proximidad

Puedo verte, hoy
y más cerca que nunca
y olerte más que siempre.
Puedo casi tocarte con las manos
en vez de con las letras.
Puedo acariciar, la estela que tu dejas
silenciosamente
y sin que me detectes.
Puedo examinar
cada reflejo de luz que se te pega
y ser uno de ellos;
mientras esquivo versos,
callo besos, cavo tumbas
para las esperanzas.

Puedes sentir mi hálito en tu nuca,
el reflejo de mi sombra en tu pisada.
Puedes darte la vuelta y nunca verme.
Y estar detrás de ti.
Puedes notar mi suave vaho caliente,
oirme susurrar cada palabra, 
notar cada figura deslizarse en tus oidos
y ver la vida pasarme descansada.

Puedo verte, sentirte, olerte
puedo seguirte, escudarte
no importa donde pares y te escondas,
siempre podré encontrarte.

Hoy se esta muriendo
el marfil callado de mis entrañas.
Hoy, mi débil cuerpo de espadaña
es rigido como las vigas.
Y se esta muriendo,
se esta muriendo el ansia altiva
se esta llenando todo de patrañas.
El hombre esta cansado, el niño hambriento.
Las lagrimas recorren sus mejillas.
Esta cayendo en calma su dolor,
se tornan en tristezas sus ahogos
La mente, que siempre fue su amiga
como un mal sueño, aumenta su temor.

El hombre ha sido traicionado por España,
el niño, agitado entre sollozos,
recuerda la fatiga
rememora los golpes y los gritos
maniatado, boquiabierto.
Ahora, luz del dia es enemiga
y en la noche se refugia a cubierto.
No siente nada ya al hacer estos escritos
como no siente el gladiador a las espigas,
cuando ya esta muerto.

Mi cuerpo esta postrado en una silla.
mi cara, mirando hacia el vacio;
pues lo que antes llenaba mi mirada
ahora esta invadido por el frio.
Frio inerme, mi cuerpo no respira,
mis cejas dicen lo que mis suspiros callan.
No termino de mirarme en el espejo,
no veo el ultimo jalon de mi camino.
Poco a poco se va muriendo el niño,
poco a poco el hombre se hace viejo.

La luz de los muertos

La luz de los muertos me baña
y la soledad me espera.
En tanto, bajo mis brazos
alzados en campaña
escucha palabras lentas..
siempre frente tu regazo
tu regazo y tus flechas.

Y sigo buscando el tizón
de tu mirada eterna
sacando brillo a mi cuerpo
volcando mi mente en tu vera.
Cien leguas que recorriera
mil personas tu espejo
mi alma hasta los tuétanos,
hasta los huesos de ti recubierta.

Poemas, escritos y bellos
de abnegados cabizbajos
que soportan golpes
que soportan puñetazos
leen a la luz de las velas
los libros de turba y tallo.

Tabas que de pie caen
por la luna risueña
que miran, que demuestran
cascabeles de oro y paño.
Cuerpos que yacen, titubean,
faltos de ánimo, de regazo,
colean
buscando inhalar vida
vida que crezca
hasta el florecer mas vacuo.

Avistando hasta la sima
de su morir y su amargo
el declive de sus ojos
ruborízate en tu lago.

El suave aliento, la espina.
El resplandor de un sollozo
de muerte que curó vida.

Corrosión

Él insiste en pasar
a pesar de no invitarle.
Oxida y mata sin educación ninguna.
Y tras la muerte
trae el mejor consuelo sin rogarle
e inyecta en los dolores la mejor vacuna.
Él, tan solo él
y su materia prima,
el mármol en que exculpe es la existencia.
Artista ilimitado,
ilustre dibujante,
dulce, macabro, salado...
lleno de olores, vidas y desastres.
En palabras de Villegas:
''Soy un fue, un será y un 'es' cansado''
y si no soy o lo que soy el lo pervierte,
y si no es él, y nada hay
¿dónde fui? ¿dónde voy?
¿a dónde iré?
Si no hubo ni habrá un empezar.
Si nunca hay un 'acabado'.