Puedo verte, hoy
y más cerca que nunca
y olerte más que siempre.
Puedo casi tocarte con las manos
en vez de con las letras.
Puedo acariciar, la estela que tu dejas
silenciosamente
y sin que me detectes.
Puedo examinar
cada reflejo de luz que se te pega
y ser uno de ellos;
mientras esquivo versos,
callo besos, cavo tumbas
para las esperanzas.
Puedes sentir mi hálito en tu nuca,
el reflejo de mi sombra en tu pisada.
Puedes darte la vuelta y nunca verme.
Y estar detrás de ti.
Puedes notar mi suave vaho caliente,
oirme susurrar cada palabra,
notar cada figura deslizarse en tus oidos
y ver la vida pasarme descansada.
Puedo verte, sentirte, olerte
puedo seguirte, escudarte
no importa donde pares y te escondas,
siempre podré encontrarte.