jueves, 25 de octubre de 2012

Cráneo

Las calaveras están llorando
porque sin párpados no logran dormir.
La luz del alba sus cuencas va secando
y desde su vigilia ellas añoran el vivir.

Las tristes calaveras solitarias
con caoba como inerme compañía
gimiendo hacia las lunas milenarias
orgullosas de su dulce melodía.

Sus cráneos dan la espalda al horizonte
descansando cabizbajos en su lecho
mientras ven aparecer tras un lejano monte
desesperanza que al llegar saca su pecho.

Luego las calaveras sueñan con besar zapatos
que en vez de sostener personas venden humo.
Humo de dolor y muerte timoratos
que convierte cada bocanada en su consumo.

Y las pretenden sacar de sus cajones,
abrirles una brecha, colocarlas una vela
y verlas deshaciendo entre amarillos goterones
triste dolor que sus ojos ya desvela.

Las calaveras no pueden negar
pues no tienen cuello ni lengua
solo estar quietas a lo mas tardar
mientras ven como todo el tiempo mengua.

Ah, las inconscientes calaveras
que mirando al cielo sueñan con volar
mirando desde sus camas la luna postreras
desde su menor alarde hasta su mayor pesar.

Ya se marchan desde donde llegaron
los locos que al verlas las reconocieron
y solo nube gris en ellas encontraron
y que con su opinión no coincidieron.

Llorando se quedan los espejos de la Parca,
como al principio de esta triste sinfonía
recordando las cosas que han dejado marca
desde ayer, con dolor hoy y hasta el fin de sus eternos días.

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